Es un error común pensar que la planificación patrimonial es una tarea única, algo que puedes marcar de tu lista de tareas para siempre una vez que esté hecho. Recuerdo que pensaba lo mismo cuando abordé por primera vez mi plan patrimonial a la edad de 20 años. Se sentía como una cosa madura, responsable de hacer, y una vez que estaba fuera del camino, creí que no tendría que volver a pensarlo. Pero la vida no es estática; evoluciona, y también lo hacen nuestras circunstancias y relaciones. La idea de 'configurarlo y olvidarlo' en la planeación patrimonial es, por tanto, un poco un mito. Es más como un proceso continuo que necesita ser revisitado a medida que navegamos por diferentes etapas de la vida.
Hay ciertos eventos de la vida en los que quizás quieras actualizar tu plan patrimonial: 1) te casaste, 2) te divorciaste, 3) tuviste un nuevo hijo y 4) tuviste un cambio significativo en el estatus económico”.
La vida tiene una manera de lanzar bolas curvas, y a medida que avanzaba de una joven de 20 años de cara fresca a mis últimos veinte años, me di cuenta de lo mucho que estos cambios pueden afectar un plan patrimonial. El matrimonio, por ejemplo, no es solo una unión de corazones; es una fusión de activos y el futuro. Del mismo modo, un divorcio puede alterar significativamente sus planes de distribución de activos. El nacimiento de un niño es otro acontecimiento monumental. De repente, está este pequeño humano cuyo futuro querrás asegurar. Y no olvidemos los otros máximos y mínimos financieros que todos podemos experimentar. Una promoción, una nueva empresa comercial o incluso un revés o pérdida financiera: cada uno de estos eventos puede cambiar drásticamente lo que tenemos y cómo queremos que se maneje después de que nos hayamos ido. Nuestros planes patrimoniales necesitan mantenerse al día con estos cambios de vida para reflejar verdaderamente nuestros deseos y circunstancias actuales.
La vida es impredecible y puede llevar a cambios significativos en quiénes podrían ser sus beneficiarios a lo largo de los años. Si tu hermana es tu principal beneficiaria y te precede, es crucial que revisites tu plan patrimonial. Al volver a visitar su plan patrimonial, se asegurará de que su patrimonio se distribuya de acuerdo a sus deseos y circunstancias actuales. No se trata solo de eventos importantes de la vida; a veces, también se trata de cómo crece la dinámica dentro de tu círculo, por lo que es necesario reevaluar tu plan.
El fallecimiento de un padre o un ser querido cercano a menudo trae una nueva perspectiva sobre la vida y la mortalidad. Estos eventos pueden servir como un recordatorio de lo breve que es la vida, lo que lleva a muchos a revisar y actualizar sus planes patrimoniales. Este período de reflexión puede conducir a decisiones más reflexivas y significativas sobre cómo desea transmitir su legado, asegurando que su plan patrimonial resuene con sus puntos de vista y valores de vida más actuales.