Si bien la mayoría de las personas están familiarizadas con los contratos escritos, a menudo hay confusión en torno a la exigibilidad de los contratos orales. Hablemos de cuándo los acuerdos orales podrían ser ejecutables.
Un contrato oral es un acuerdo que se hace verbalmente entre dos o más partes, sin documentación escrita alguna. Si bien los contratos orales pueden celebrarse comúnmente en la vida cotidiana, su exigibilidad puede variar según la jurisdicción y las circunstancias específicas que rodean el contrato. La ley reconoce que los contratos orales pueden ser vinculantes y legalmente exigibles, siempre que se cumplan ciertas condiciones.
Los elementos clave que se requieren para establecer la exigibilidad de un contrato oral son los siguientes:
· Acuerdo Mutuo: Debe haber un encuentro de mentes entre las partes involucradas. Esto significa que todas las partes deben entender y acordar los términos y condiciones esenciales del contrato. Sin mutuo acuerdo, no puede haber contrato válido, ya sea oral o escrito.
· Oferta y Aceptación: Todos los contratos, incluidos los orales, requieren una oferta de una de las partes y una aceptación válida de la otra parte. La oferta debe ser clara e inequívoca, y la aceptación debe ser comunicada de manera efectiva.
· Consideración: Para que un contrato sea exigible, debe haber un intercambio de algo de valor entre las partes. Esto se conoce como consideración y demuestra que las partes pretendían crear un acuerdo jurídicamente vinculante. La consideración puede ser dinero, bienes, servicios, o una promesa de hacer o abstenerse de hacer algo.
· Estatuto de Fraudes: Un aspecto crítico a considerar es el Estatuto de Fraudes, que existe en muchas jurisdicciones. Este estatuto requiere que ciertos tipos de contratos, sean por escrito para ser ejecutables. No obstante, es importante señalar que el Estatuto de Fraudes no invalida todos los contratos orales, sino que sirve como defensa contra la ejecución en situaciones específicas.
· Desempeño: Si ambas partes han cumplido con sus obligaciones en virtud del contrato oral, fortalece el caso de ejecutoriabilidad. El desempeño real puede demostrar la existencia y los términos del contrato, incluso sin un registro escrito.
A pesar de la exigibilidad general de los contratos orales, a menudo presentan desafíos probatorios en disputas legales. La falta de pruebas escritas puede dificultar la prueba de los términos del acuerdo, dando lugar a disputas y reclamos conflictivos. En tales casos, a menudo se convierte en una cuestión de palabra de una parte contra la de la otra.
Para mitigar estos desafíos, es recomendable contar con un contrato escrito cuando sea posible. Un contrato escrito proporciona claridad, reduce el riesgo de malentendidos y ofrece una mejor aplicabilidad. Generalmente se considera una buena práctica tener contratos escritos para transacciones o acuerdos significativos, incluso cuando los contratos orales puedan ser ejecutables.